lunes, 8 de abril de 2013

- FENG SHUI - EL CHI, LA ENERGIA DEL FENG SHUI

El Chi, la energía del Feng Shui

 
 
El Feng Shui estudia la distribución del "Chi" en un espacio y busca determinar donde el Chi positivo (Sheng Chi) circula mejor, dónde es negativo (Sha Chi) y dónde no está llegando.


El Chi o Wu Chi, es la fuerza vital, la energía primaria que une todas las cosas, el Tao, el vapor original y fuente de todos los seres. Todos los seres son creados a partir del Tao y acaban por volver a el. Este vapor original da vida a un ser y vuelve a liberarse en el universo cuando ese ser desaparece.

El Chi es dinámico, circula de manera invisible a través de los diferentes espacios afectando nuestra vida. En el Feng Shui, existen tres tipos de Chi; el Chi Celestial; el Chi Terrestre y el Chi Vital.

 
La interacción de estos tres tipos de Chi rige y define nuestro Destino. En otras palabras estamos influenciados por la suerte del Cielo, la suerte de la Tierra y la suerte del Hombre.
 
Usualmente podemos percibir el Chi a través de nuestra percepción innata del mismo, por ejemplo cuando nos sentimos intranquilos en un sitio, cuando visitamos alguna casa y sentimos que algo está mal, cuando tenemos problemas para dormir, etc.
 
El Chi puede ser positivo (Sheng Chi) y moverse en forma ondulante o puede ser negativo (Sha Chi) y moverse en línea recta.
 
El Feng Shui estudia la distribución del "Chi" en un espacio y busca determinar donde el positivo circula mejor, donde es negativo, donde no está llegando, a fin de intervenirlo o corregirlo para crear espacios armónicos y prósperos.

El Feng Shui y el Chi

La esencia del Feng Shui, cuyo significado literal es Viento y Agua, es la correcta circulación del Chi. El Chi (Qi) es conocido como la fuerza vital, el "aliento del dragón". Aunque es difícil de definir, se puede considerar como la energía vital que sostiene todas las cosas.
 
Casi todas las culturas tienen una palabra para expresar este concepto. En hebreo, es el Ruah (espíritu, viento o hálito). En japonés, se emplea el término Ki, de suma importancia en las artes marciales y en la meditación. En sánscrito, se conoce como el Prana. Así, muchas culturas tienen conocimiento y manejo del Chi. Para los chinos, existe un Chi en toda cosa viviente y no viviente. En el cielo, hay Chi Celestial; en la tierra, hay Chi Terrestre; y en los hombres, hay Chi Vital.
 
El Chi Celestial es la energía cósmica que mantiene unido al Universo. Y nos habla de cómo la posición de los planetas y las estrellas en el momento de nuestro nacimiento pueden marcar nuestro destino: es la ciencia de la Astrología. También es la influencia climática, como la luz solar, la lluvia, el viento, el frío y el calor.
 
El Chi de la Tierra viene de las formas que modelan nuestro entorno, ya sean naturales o hechas por el hombre: las montañas, la vegetación, los ríos y los valles o las construcciones en que vivimos, formas, colores, distribución, diseño. También son los campos magnéticos de la tierra, fácilmente medibles con una brújula, un aspecto importante del auténtico Feng Shui.
 
El Chi del hombre es el Chi Vital. Según la medicina china (la acupuntura), el Chi Vital circula en nuestro cuerpo a través de los meridianos. Cuando el Chi se estanca, vienen las enfermedades y el acupuntor actúa para reestablecer el flujo armonioso del Chi. El Chi del hombre es también nuestra personalidad, nuestros ideales, nuestros pensamientos: la influencia cultural, política y social; la familia, la pareja con que vivimos, los vecinos, las actividades humanas de nuestro entorno.
 
En los estudios de Feng Shui, el Chi comprende múltiples significados y hay que aprender a reconocerlo en sus diferentes cualidades. No se puede reemplazar simplemente por la palabra "energía". De hecho, es más que energía y se debe conocer en sus diferentes cualidades.
 
El Feng Shui estudia qué tipo de Chi llega a una casa según su orientación magnética, cómo ese Chi recorre la casa a través de habitaciones y pasillos, entrando y saliendo por puertas y ventanas, dónde se acelera o estanca y cómo puede corregirse ese flujo energético con la correcta aplicación de los Cinco Elementos y sus ciclos, que son las verdaderas "curas" del Feng Shui. Una casa correctamente armonizada con Feng no necesita de extraños objetos chinos, espejos "baguas", flautas chinas o cristales facetados, pero se percibe la armonía entre las personas y su espacio.

El Chi, la energía del Feng Shui

Chi Positivo y Chi Negativo

El Chi puede ser positivo o negativo. Existe el Sheng Chi, que es el Chi positivo, que da vida y se mueve en forma ondulante. Cuando el Chi fluye positivamente, las personas disfrutan de una existencia armónica. Por otro lado, existe el Sha Chi, que es el Chi negativo. Este debilita y se mueve en línea recta. Cuando una casa tiene un Sha Chi, es porque el Chi está estancado o se ha acelerado. Las personas tendrán problemas en su vida cotidiana, en salud, en sus metas o relaciones.
 
No es necesario tener un sexto sentido para revisar el Chi de un lugar. Basta que observemos con nuestros 5 sentidos. Cuando la tierra es fértil y vemos árboles frondosos, césped verde y un jardín que florece, eso es síntoma de buen Chi. Un lugar lleno de malezas o la tierra gastada por la erosión, árboles débiles son signos de Sha Chi. El agua limpia, moviéndose en forma serpenteante trae buenos augurios, no así el agua estancada, contaminada o una corriente muy rápida. Animales salvajes o domésticos sanos, canto de pájaros significan buen Chi. Mientras que la presencia de ratas o perros flacos y de feo aspecto son muestras de mal Chi. Cuando una casa está limpia, ordenada, con luz y ventilación adecuada, y las personas tienen amor y alegría, hay un Sheng Chi. Por el contrario, una casa desordenada, oscura, donde reina el conflicto y las discusiones, tiene un Sha Chi.


RÍO SERPENTEANTE CHACHAPOYAS AMAZONAS

También debemos considerar el entorno humano. El Feng Shui no le recomendaría una casa que esté al frente o cerca de un lugar conflictivo relacionado con la violencia, la muerte, el dolor o la enfermedad, como un hospital, un cementerio, un matadero, un burdel, una estación de policía. Totalmente opuesto serían lugares con buen Chi, como un parque, una plaza, un jardín infantil, una biblioteca, lugares de servicio público, una casa de la cultura, un centro vecinal o un lugar de medicina alternativa o crecimiento personal.


Guía de: Feng Shui
  • Elizabeth Benard

¿Qué es el Chi y cómo canalizarlo en nuestras casas?

 
A través de las normas básicas del Feng-Shui uno puede ordenar los espacios, de modo que el Chi fluya con armonía y aporte equilibrio.
Cuando uno analiza una casa o local con Feng-Shui, debe imaginárselos como si fueran un cuerpo humano. Las puertas y las ventanas son la boca y los ojos que permiten la correcta entrada del Chi o energía vital, los pasillos y corredores son las venas y las arterias que lo conducen de una habitación a otra, las puertas interiores, las escaleras y los corredores lo bombean a través de la casa, y los muebles, las plantas y demás objetos decorativos lo conducen a través de las habitaciones.

Como condición primordial la energía necesita espacios ordenados y despejados para fluir libremente y en forma controlada. El Chi no se mueve al azar dentro de un inmueble, sino de una manera determinada. El Chi se mueve de una forma muy parecida al aire que circula a nuestro alrededor; su fluir y la dirección que tome depende de los objetos y las formas que encuentre en su camino.
 


ChiFoto: Carla Dannemann
El chi debe fluir libremente.

La circulación del Chi debe ser suave, ni demasiado rápida ni demasiado lenta como para estancarse. A través de las normas básicas del Feng-Shui uno puede ordenar los espacios, de modo que el Chi fluya con armonía y aporte equilibrio. Hay que aprovechar al máximo el flujo de energía o corriente Chi que entra a la casa, de modo que si fluye armónicamente nutrirá los espacios y a sus moradores, si se precipita o desequilibra perjudicará a los residentes generando nerviosismo e intranquilidad. Del mismo modo si se estanca o es demasiado lenta robará la vitalidad, perjudicará la salud de sus moradores y surgirán problemas en la vida cotidiana o en las perspectivas a largo plazo de quienes vivan allí.

El Chi no lo podemos detener, pero sí conducir. En el caso de pasillos muy largos, se generan líneas rectas, donde la energía fluye rápido y precipitadamente. Esto hace que haya mucha tensión y desequilibrio en el espacio. Las alineaciones de puertas y ventanas en un pasillo son muy perjudiciales, porque el Chi va muy rápido de una parte a otra y no sólo forma una flecha que afecta a la salud de los residentes sino que también a las relaciones familiares. Ya que el Chi va muy rápido, aleja las posibilidades de obtener dinero y nuevas oportunidades.

Las líneas de aceleración de Chi dispersan la vitalidad de los ambientes impidiendo que se energicen adecuadamente las habitaciones y que haya una nutrición equilibrada en general en la casa. Para solucionar esto es necesario colocar elementos decorativos como plantas, jarrones, cuadros, mesas y sillas si el espacio lo permite, en orden de ir canalizando y guiando la energía de una forma más lenta y ordenada, ya que cada elemento ayuda a normalizar el flujo de energía.

Otro problema muy común es encontrar casas o locales donde se genera otra línea recta causada por la puerta de entrada que al abrirla se encuentra de frente con un gran ventanal. Esto es muy perjudicial, ya que el mensaje que se recibe es que la energía entra por la puerta y sale por el ventana. Así, las oportunidades y buena fortuna que puedan tener los moradores de esas casas se diluyen por el ventanal. Para solucionarlo se recomienda colocar plantas por dentro y fuera del ventanal si el espacio lo permite, como también un elemento que corte la visibilidad hacia el otro lado de la ventana como una cortina transparente o un roller de color blanco o crema que permite la entrada de luz, todo esto ayudará a que la energía no se “escape” por la ventana.

Es vital detectar los flujos de Chi, en orden a organizar bien los espacios a modo de hacer que la energía se mueva de forma suave y uniforme para que ayude a la relajación, a la armonía y al bienestar en general.


Bibliografía:

1)   Feng-Shui La Armonía con el entorno de María Jesús del Águila Castro, editorial El Ateneo.
2)   Feng-Shui para el hemisferio sur y el hemisferio norte de Roger Green, editorial



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